plan de peli en casa

un cuento sobre fantasmas en el pasillo

En mi casa no caben más fantasmas. Si entrase uno nuevo tendría que compartir cama conmigo. En el pasillo hay cuatro. Me saludan por la mañana cuando voy hacia el salón, cargada con el café y las tostadas del desayuno. Al principio, me daba algún susto y me tocó sacar la fregona más de una vez antes de las nueve de la mañana, pero ya me he acostumbrado.

El primero lleva un chaleco salvavidas. Hinchado. Aunque el aire fantasma no es tan denso como el nuestro, sigue suponiendo un incordio. El segundo es un chihuahua. No ladra, siempre se alegra de verme. El tercero es una anciana haciendo ganchillo. Esta da un poco más de mal rollo porque no tiene muy buena cara. El último fantasma del pasillo no tiene cabeza. Creo que no es un fantasma decapitado, pero por lo que sea le falta la cabeza. Una vez me acerqué tanto que pude ver el agujero que tenía entre los hombros y no se veía el fondo.

No me importa vivir con fantasmas. Nunca me ha gustado mucho estar sola. Podrían contribuir un poco al orden de la casa, eso sí. El polvo fantasmal es mucho peor que el de tener un gato. Mucho más difícil de limpiar. No responde a la gravedad y me dejo las cervicales pasando el plumero por el techo. Y mientras, ¡todos mirando!

Ahora nos sentamos en el sofá a ver películas de miedo. Nunca me han encantado, pero desde que noté que cada vez que enchufaba la tele se acercaban todos al salón y miraban la pantalla por el rabillo del ojo (menos el no-decapitado, claro), les pongo películas de miedo. Imagino que es el cine que ven los fantasmas. Y desde entonces así estamos, apretujados el chico del salvavidas, la abuela haciendo ganchillo, el fantasma sin cabeza, el chihuahua y yo. Ya nos hemos visto el Exorcista, Drácula, Psicosis, Carretera Perdida y El Bosque de Colores.

Solo hay un fantasma con el que prefiero no cruzarme. Está dentro de mi armario, por eso casi no me cambio de ropa. No molesta, no se mueve, casi no produce polvo. Podría ser el fantasma perfecto. Pero es igualito a mí.